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jueves, 22 de diciembre de 2011

Higiene y belleza para la piel


Hoy, se sabe con certeza que ninguna mujer puede escaparle al hábito de limpiar el rostro y el cuello dos veces al día. Los dermatólogos marcan la pubertad como punto de inicio del tratamiento y la recomendación, a partir de allí, es no abandonar jamás la rutina de las cremas.

En esta etapa aumenta la grasitud de la piel y suelen aparecer las primeras señales del acné. El efecto buscado no es tan sólo eliminar los restos de maquillaje sino también remover las células muertas y los desechos producidos por el propio organismo. Para ello, debe elegirse un producto indicado de acuerdo a las necesidades de su biotipo cutáneo:

Piel seca o madura: suele ser muy común en las mujeres de más de 35 años. Los preparados fluidos de tacto emoliente, las emulsiones de agua en aceite o las leches con alfa-hidroxiáci-dos son lo más recomendado para desprender fácilmente los productos de maquillaje, los residuos de transpiración y las partículas de polvo, sin resecar la piel ni hacer que pierda sus propiedades humectantes. Los productos demasiados abrasivos, con alcohol o astringentes quedan descartados porque pueden producir mayor sequedad.

Piel seborreica o con problemas de acné: el exceso de grasitud y de secreción sebácea, característicos de este tipo de cutis, pueden contrarrestarse y controlarse con una emulsión de aceite en agua de PH levemente alcalino, una leche de limpieza con alfa-hidroxiáci-dos o una espuma limpiadora, que no cause irritación ni sea demasiado agresiva.

También puede usar luego de la leche limpiadora un jabón bactericida o de glicerina. Los clásicos de azufre no son recomendables porque resecan e irritan demasiado la piel. Una buena limpieza diaria junto con los tratamientos especiales indicados por el dermatólogo o la cosmiatra resultan los pilares fundamentales para normalizar el equilibrio de las glándulas sebáceas, controlar los brillos indeseados y afinar la textura de la piel. Los productos elegidos deben ser libres de aceites y de elementos grasos.

Piel sensible: las irritaciones o reacciones propias de este biotipo cutáneo deben evitarse con la utilización de emulsiones de limpieza de consistencia blanda, preparadas en base a sustancias acuosas, lo cual permite extender el preparado sin necesidad de frotar demasiado o realizar maniobras muy bruscas. El aloe vera, la manzanilla, el ammamelis, el tilo, el ginseng y otros componentes naturales resultan sumamente beneficiosos para este tipo de piel. En este caso, quedan eliminados los productos con micrográ-nulos porque pueden producir un efecto no deseado.

Piel mixta: el tratamiento combinado ideal para este tipo de piel consiste en aplicar un producto para piel grasa en la frente, la nariz y la pera, donde, suele acumularse mayor grasitud, y tratar el resto de la cara con un producto para piel seca o normal, según sea el caso.

martes, 15 de noviembre de 2011

Limpieza del maquillaje


El ritual diario de quitarse el maquillaje y barrer las impurezas, puntos negros y espinillas se ha transformado en uno de los axiomas básicos para conseguir una piel bien suave, tersa, más luminosa y el paso preliminar para cualquier tratamiento de belleza específico. Se sabe que la contaminación ambiental, típica de las grandes ciudades, junto con el efecto nocivo del sol y la acción de las glándulas sebáceas, se comportan como aliados explosivos contra el cuidado de la piel. Pero, no basta con usar de vez en cuando cualquier jabón facial o de elegir una crema al azar.

El tipo de piel, el ritmo y la calidad de vida, la edad y las características del clima se ponen en juego a la hora de idear el plan de acción contra los residuos que arruinan la apariencia del cutis.

En realidad, el propósito de mantener la piel limpia no es para nada nuevo. El primer registro conocido sobre el uso de sustancias con este fin se remonta a 4000 años atrás. El mérito se le atribuye a un pueblo ubicado en el actual territorio de Turquía, cuyos habitantes comenzaron a utilizar una planta acuática para cumplir con esta misión.

Los fenicios, en cambio, alrededor del 600 a. de C. idearon una especie de jabón, más parecido a lo que se conoce actualmente, a base de agua y potasio. A partir de allí, se han lanzado una gran cantidad de fórmulas novedosas o mejoradas con un objetivo idéntico: contribuir a la belleza de la piel.

Hoy, el mercado de la cosmética ofrece una extensa cantidad de productos de limpieza facial en distintas presentaciones, pensados según las exigencias y necesidades de cada tipo de piel. Por eso, resulta fundamental elegir el más apropiado para cada una. La utilización de los productos equivocados puede agravar la situación o provocar el llamado acné cosmético.

Por ejemplo, uno de los errores más comunes entre los adolescentes o las mujeres con piel de tendencia oleosa, es elegir una crema demasiado rica en sustancias grasas. Otro "engaño" bastante común es exagerar con el uso de exfoliantes o productos con efecto peeling, como las cremas de microgránulos, los alfa-hidroxiácidos u otros ácidos que producen la descamación de la piel.

"Los tratamientos demasiado abrasivos pueden provocar un efecto rebote contrario al buscado. En una piel grasa, al querer controlar las glándulas sebáceas, éstas incrementan su función. Lo mismo ocurre con el cutis seco. Para lograr una mejor nutrición deben utilizarse principios activos acuosos y no en base a aceites", explica la cosmiatra Marta Barg. Por eso, si tiene alguna duda, lo mejor es pedir asesoramiento a una experta.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Higiene Sexual


Pero la higiene sexual del hombre comprende también todo aquello que va encaminado a la buena ejecución del acto sexual, no sólo desde el punto de vista físico, como en el caso de la fimosis o la parafimosis, sino también desde el ángulo espiritual de comprensión hacia la mujer, para lograr una relación sexualmente completa.

A este respecto el hombre ha de tener siempre presente que el período durante el cual la mujer se excita sexualmente, y que abarca el tiempo que transcurre desde el comienzo hasta el momento en que se produce el orgasmo, en la mujer es generalmente largo.

Ello indica que en el juego amoroso sexual el hombre debe dedicar gran parte de su actividad a excitar con la mayor intensidad posible a su pareja, mediante besos, caricias, etc. Este hecho es tan importante que su desconocimiento explica gran número de frigideces femeninas. El hombre se excita más rápidamente que la mujer, y si alcanza el orgasmo antes de que ella se haya excitado sexualmente la consecuencia será, como es lógico, una ausencia de orgasmo en la mujer. Por tal motivo es deber del hombre provocar y lograr la excitación sexual de su pareja.

La excitación sexual de la mujer por el hombre repercute al mismo tiempo favorablemente en el logro de la culminación orgástica, pues la introducción del miembro viril efectuada en el último momento de la excitación mutua ocasiona el orgasmo en el hombre y en la mujer al mismo tiempo, lográndose así un acto sexual humanamente bien entendido.

Se deduce de ello que la actitud del hombre en la relación sexual no ha de concebirse simplemente como una tendencia imperiosa a satisfacer una necesidad orgánica, sino que debe estar dirigida por el entendimiento y por la entrega amorosa, única forma de restituir a la relación sexual el carácter de relación humana que, por diversos motivos, es tantas veces omitido.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Higiene de la Mujer


Siempre que se hable de higiene será importante tener en cuenta que no se refiere simplemente al aseo corporal de la persona, sino que tiene como principal objetivo la conservación y mejoramiento de la salud individual y colectiva.

La higiene del hombre se refiere tanto a las actitudes que favorecen una mejor conservación física de su organismo como a los procesos que mejoran sus relaciones colectivas. En el tema concreto que nos ocupa, las medidas higiénicas tienden a mejorar espiritual y físicamente la relación sexual.

El aseo personal del varón merece una atención especial en lo concerniente a cierta particularidad de su aparato genital, constituido por la piel que rodea y cubre el glande. Este repliegue de la epidermis, llamado prepucio, puede normalmente retraerse dejando al descubierto el glande. Se comprenderá que para que esto sea posible, el diámetro del orificio del prepucio ha de ser ligeramente mayor que el diámetro del glande.

Cuando ello no ocurre, el prepucio no puede deslizarse, impidiéndose así que el glande quede al descubierto. Esta anomalía no supone malformación congénita alguna y recibe el nombre técnico de fimosis. Se presenta con bastante frecuencia, y la forma de corregirla es un tratamiento quirúrgico que consiste en la ampliación o exéresis del prepucio.

Algo semejante es la llamada parafimosis. En este caso, el orificio del prepucio es suficientemente amplio para permitir el deslizamiento del glande en estado flácido, pero no así cuando el pene entra en erección y se torna tenso. Si en el momento de ocurrir la erección del glande éste se encontraba al descubierto, el prepucio puede impedir y estrangular el reflujo de sangre en este órgano, pudiendo ocasionarse, por tanto, lesiones en esta parte del pene debido a estancamiento y falta de circulación de la sangre. Esta alteración tiene la misma importancia y significado que la fimosis y su solución es igualmente quirúrgica.

La operación de fimosis o parafimosis puede efectuarse en cualquier momento de la vida del hombre. Sin embargo, hay quien aconseja que se practique en la infancia, pasados los seis años de edad y antes de llegar a la pubertad.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Higiene en la Menstruación


La menstruación es la expulsión periódica del tejido que recubre la cavidad del útero, por haber perdido éste su función al no haber sido fecundado el óvulo y no existir embarazo. La expulsión de este tejido desintegrado va siempre acompañada de cierta cantidad de sangre, que le confiere un peculiar aspecto. Durante este período la mujer utiliza algodones o gasas, que situados junto a la vulva, recogen la sangre expulsada.

En la actualidad se encuentran en el comercio distintos productos que. enrollados en forma de cilindro, son aptos para, al ser introducidos en la vagina, recoger la sangre menstrual. La mujer puede usarlos sin peligro alguno, siempre y cuando utilice el tamaño apropiado a su vagina.

Durante el período de la regla, el organismo de la mujer se encuentra en igual estado que fuera de ella. La pérdida de sangre menstrual es un proceso fisiológico que indica el normal funcionamiento del útero. Y dado que en el cuerpo humano nunca una función normal de un órgano cualquiera altera o pone en peligro el resto del organismo, la mujer durante la regla se encuentra en perfecto estado de salud, o al menos en el mismo estado en que se encontraba antes de la menstruación.

Ello significa que el baño en particular, y cualquier otra actividad de la mujer durante las reglas, tiene el mismo peligro que fuera de ellas. El baño o ducha, con el fin de un aseo personal, es siempre higiénico y por tanto saludable.

Los baños de mar en épocas calurosas son igualmente agradables, y la menstruación no aumenta la posibilidad (de por sí poco frecuente) de que se produzca uno de esos shocks hidrocutáneos llamados popularmente «cortes de digestión».

martes, 30 de agosto de 2011

Higiene en la Mujer


Sobre la mujer han pesado siempre numerosos tabúes y prejuicios sociales. Durante largo tiempo su papel social ha sido secundario, hasta el punto de llegar a recibir, en ciertas sociedades, un trato parecido al que se daba a los animales.

Si el hombre ha estado supeditado a la evolución de la sociedad en su conjunto, a su cultura y a sus progresos técnicos, la mujer ha sido además sometida por el hombre, que en una u otra forma la apartaba y alejaba de su ambiente.

Es así como se explica que la mujer fuese desterrada, en el momento de dar a luz, a unos lugares llamados panderos que a tal fin se construían alejados de las zonas de vivienda.

Largo tiempo se consideró que la mujer era un ser impuro e indeseable durante el período de la menstruación. Esto ha dado lugar, en el transcurso de la historia, a infinidad de leyendas y prejuicios, los cuales en parte aún perduran entre los sectores más atrasados de la sociedad actual. Por suerte, una equilibrada y objetiva consideración de las particularidades femeninas va ganando terreno rápidamente.

viernes, 9 de abril de 2010

Higiene y Maquillaje


Cutis

Higiene del cutis: nunca hay que irse a dormir con el maquillaje puesto. Si usa máscara para pestañas a prueba de agua, no las frote con leche de limpieza para eliminar el producto. Use, en cambio, un gel demaquillante especial para ojos.